La agresividad felina siempre ha sido uno de los problemas de comportamiento más frecuentes en el gato, seguido por el marcaje con orina. La creencia de que los gatos no pueden ser educados ni controlados porque son independientes y muy suyos conlleva un sentimiento de resignación de muchos propietarios cuando tienen algún problema de conducta.
La mayoría de estos problemas tienen su origen en el periodo de socialización del gato debido a que durante las 2-7 semanas de vida no son expuestos correctamente a diferentes estímulos y también a la mala costumbre de destetar a los cachorros precozmente, hecho que dará lugar a un menor control de la fuerza de las mordeduras en el juego durante el crecimiento. A su vez, un destete precoz privará a los gatitos del lamido de la madre que ha demostrado ser beneficioso para afrontar mejor el estrés en la etapa adulta.
Lo primero que hay que hacer en gatos con conductas agresivas es chequear que el animal tenga una buena salud física y que no existan problemas médicos que originen cualquier trastorno que produzca dolor.
También valoraremos si el propietario refuerza de manera inconsciente la conducta de agresividad felina su mascota, por ejemplo acariciándolo mientras gruñe, y el espacio disponible de éste; si tiene rutas de acceso, plataformas altas, posibilidad de fuga y ocultación… ya que el gato antes de atacar opta por la huída y es cuando no dispone de esa alternativa cuando muestra agresividad.
Varios tipos de agresividad felina
-AGRESIVIDAD HACIA PERSONAS: las causas de motivación más comunes de la agresividad de gatos hacia personas incluyen el miedo, la ansiedad y la frustración.
- Agresividad por enfermedad: descartar virus de la inmunodeficiencia felina, el hipertiroidismo, dolor articular, lesiones neurológicas…
- Agresividad felina por miedo: la agresividad por miedo es la que muestra típicamente un gato que desea escapar de una situación pero le es imposible, como por ejemplo que le intente coger una persona desconocida. Cuanto más amenazante e insistente se es con el gato, peor reaccionará éste. Con el tiempo estos animales aprenden que el ser agresivo es muy eficaz para mantener la distancia con aquello que le resulte amenazante y lo usarán antes incluso de que esa persona se acerque a ellos.
- Agresividad por juego: a diferencia de cualquier conducta agresiva, los ataques que forman parte del juego no van acompañados de erección del pelo ni de posturas características de agresividad y los gatitos no llegan a morder ni a arañar. El problema viene si el gato ha crecido sin la madre y hermanos que son quienes le enseñan a no morder ni arañar fuerte, por lo tanto es posible que cuando crezca muerda sin control y sea muy peligroso. A no ser que se fomente, la conducta tiende a desaparecer a medida que el gato se hace adulto.
- Agresividad redirigida: es potencialmente peligrosa porque es impredecible y violenta. Sucede por reacción del gato a algo que le ha ocasionado un susto, dolor o miedo y muerde desconsideradamente a aquella persona o animal que se encuentra cerca. El ataque es generalmente difícil de parar y el gato agresor permanece excitado durante bastante tiempo, aunque haya desaparecido el problema. La redirección se produce principalmente hacia el propietario y en segundo lugar hacia otros gatos que vivan en la misma casa.
-AGRESIVIDAD ENTRE GATOS: se trata de una situación común. La agresión entre gatos de una misma casa se produce fundamentalmente cuando se introducen nuevos gatos en el hogar y/o cuando compiten por la comida o las zonas de juego. También puede pasar pero es menos frecuente cuando un gato vuelve a casa tras un periodo de hospitalización en el veterinario, aunque sea corto.
- Agresividad por sexo: más frecuente en machos que en hembras. Es particularmente común durante la época de reproducción, siempre que dos machos se encuentran.
- Agresividad por territorio: suele aparecer de forma lenta y gradual. Uno de los animales se comporta como agresor y busca y persigue activamente al otro gato “forastero”. Se da con más frecuencia hacia gatos desconocidos o que no viven juntos en la calle, pero en un hogar también puede existir más de un territorio. La víctima se volverá progresivamente más miedosa. El agresor no tiene por qué ser necesariamente el primer gato que fue introducido en la casa ni el de mayor edad, puede ser cualquiera.
- Agresividad felina por miedo: la agresividad por miedo aparece a menudo de forma súbita y sin causa conocida entre gatos que habían convivido pacíficamente hasta entonces. También entre gatos que experimentan un cambio en su entorno. Los animales se agreden siempre que se encuentran de forma accidental y no es bien sabido el porqué.
OTRAS FORMAS DE AGRESIVIDAD:
- Agresividad depredadora: en los gatos la depredación es una conducta instintiva y en cuanto a su naturaleza consiste en perseguir y dar caza a la presa. La caza NO es una conducta que se da a fin de satisfacer el hambre, es necesaria para el bienestar del animal. A un gato al que se le niegue la oportunidad de cazar presas reales o juguetes apropiados, manifestará a menudo conducta predatoria hacia otros objetos móviles rápidos, incluyendo los tobillos y las manos humanas. Si además la persona atacada responde con un grito agudo por dolor, estimulará la conducta aún más en el gato.
- Agresividad maternal: es una conducta agresiva dirigida hacia personas o hacia otros animales que se acercan a la gata que acaba de parir o que está con pseudogestación. El blanco habitual suelen ser gatos desconocidos.
- Agresividad felina por conflicto social: se piensa que los gatos pueden formar jerarquías en grupos establecidos pero faltan estudios que lo confirmen.
Como vemos, un gato puede presentar diferentes tipos de agresividad y cada una de ellas está fomentada por uno o varios motivos, la mayoría de veces corregibles a corto medio plazo.
Si tu gato presenta algún tipo de agresividad de las anteriores mencionadas, consúltanos, en el Hospital Veterinario Cruz Cubierta contamos con un servicio de etología para aconsejar y resolver este tipo de problemas.