Balto

Corría el año 1925. En un pueblo de Alaska vivía Balto, un perro de raza Husky Siberiano. Era un perro de trineo pero sus dueños no lo veían con mucho carácter para ser el perro líder y decidieron castrarlo jovencito.

Ocurrió entonces que en el pequeño pueblo donde vivía Balto, llamado Nome, se desarrolló una epidemia de difteria. La difteria era una enfermedad que afectaba sobre todo a niños menores de 5 años y para combatirla hacía falta antitoxina diftérica, pero en el hospital del pueblo no disponían de ella.

El lugar más cercano donde poder conseguirla estaba en una ciudad a más de 850 km de distancia. Hacía mucho frío, una temperatura de -30º, el mar estaba congelado; tampoco se podía usar la vía aérea, pues estaban en alerta por el mal temporal. La única idea viable que se les ocurrió para traer la antitoxina fue llevarla en tren hasta el pueblo más próximo a Nome, que aún así estaba aproximadamente a unos 750 km de distancia de Nome, y de allí acercarla al pueblo en trineos.

Los habitantes de Nome diseñaron un plan para recibir las vacunas, planearon una ruta en trineo arrastrado por perros entre los que participaba Balto. Muchos perros fallecieron durante el camino, pues hacían -40º y el camino era muy dificultoso.

El caso es que Balto tomó el mando de la carrera, a pesar de la falta de confianza que se tenía en él. Se sabe que evitó un agujero en el hielo a pesar de la oscuridad total salvando la vida de los que venían con él. De esta forma Balto se convirtió en el héroe de la nación, la prensa se hizo eco de su gran hazaña.

En apenas cinco días y medio llegaron al pueblo y Balto fue capaz de encontrar el camino en menos tiempo del esperado salvando a muchos niños. El hecho es que el que terminó el trayecto fue Balto, de  ahí su reconocimiento y su fama.

Por eso en marzo se celebra todos los años una carrera que conmemora dicha gesta.

Realmente el nombre original de Balto era Togo. Se le puso Balto en memoria del explorador noruego Samuel Balto, muy popular en Nome durante la fiebre del oro.

Finalmente, Balto fue vendido al zoológico de Cleveland (Ohio), donde vivió hasta cumplir 14 años. Falleció el 14 de marzo de 1933.  Balto fue embalsado y hoy en día se encuentra en el Museo de Historia Natural de Cleveland.

Como curiosidad añadir que en el Central Park de EEUU hay una estatua en memoria de Balto y  de todos los héroes que hicieron 1.000 km para dar alivio a un pueblo desolado, con la inscripción “Resistencia – Fidelidad –Inteligencia”. 

Imagen tomada de https://historiasdenuevayork.es/2014/12/07/balto-un-heroe-en-central-park/