botulismo canino

Tratamos en este caso clínico sobre el botulismo canino. El botulismo es una enfermedad ocasional en el perro,  ya que  este animal es poco susceptible a la enfermedad en comparación con otras especies como las aves. En estas la enfermedad está diseminada por todo el mundo siendo considerada la primera causa de mortalidad en aves silvestres.

Cómo se produce el botulismo canino

En los perros se produce la enfermedad al ingerir el perro la toxina preformada a partir de la ingestión de material contaminado como carroña de animales muertos. En personas existe una segunda posibilidad que consiste en la colonización del intestino por microorganismos del genero Clostridium Botulinum a partir de alimento contaminado con esporas.

La toxina que produce la bacteria es la responsable de la enfermedad cuando es absorbida por el aparato digestivo bloqueando la transmisión neuromuscular al impedir la liberación de acetilcolina, como consecuencia se produce una parálisis flácida y a continuación la muerte.

La toxina botulínica

Hoy en día la toxina botulínica es el veneno mas potente conocido, comparativamente con el cianuro es 10.000 veces más potente por lo que una dosis ínfima puede desarrollar el cuadro.

Esta toxina se utiliza también con fines médicos o estéticos como las distonías  la hipersudoración o las arrugas faciales. Todas ellas se tratan con dosis infinitesimales y a nivel local lo justo para lograr la parálisis de la musculatura local y no provocar la enfermedad.

Caso clínico de Lola

Lola es una perra bulldog francés de 5 años, que vive y pasea frecuentemente sin correa por una zona de marjal cercana a la albufera de Valencia.

Ingresó en nuestro Hospital aquejada de parálisis flácida progresiva con ausencia de convulsiones que empezó en los miembros posteriores. Su estado mental era normal inicialmente y comía por si sola aunque con dificultad.

Después queda en posición de decúbito lateral y no es capaz de deglutir el alimento, por lo que se instaura terapia de mantenimiento intravenosa, frecuentes cambios de posición y terapia antibiótica complementada con glucosa y aminoácidos.

La evolución del cuadro es favorable y la perra va recuperando la movilidad poco a poco aunque la perdida de peso es evidente.

Se mandaron al laboratorio muestras de suero que fueron positivas para los anticuerpos de toxina botulínica tipos A ++, B ++, C +, D +, lo que confirmó el diagnóstico de Botulismo canino.

Los tipos A y B causan la mayoría de los casos de botulismo humano; los tipos C y D se encuentran en la carroña o cadáveres de animales muertos.

El Clostridium Botulinum puede encontrarse en sedimentos de lagos, en caracoles acuáticos o en moscas necrófagas que los transportan de unos cadáveres a otros.

Se ha podido demostrar la presencia de Clostridium Botulinum en el 38% del tubo digestivo de las aves acuáticas (muchas de estas aves filtran sedimentos o consumen caracoles o invertebrados acuáticos como parte de su dieta), la abundancia de las esporas en el medio terrestre, su resistencia, así como la multiplicación de la bacteria en las carcasas de las aves en descomposición y el transporte de dicha bacteria que hacen las moscas de una carcasa a otra. Todos ellos, junto con  las elevadas temperaturas que se dan en nuestras tierras, son factores predisponentes para estos casos de botulismo.