obesidad en perros y gatos

Una vez asumida esta idea comienza lo realmente complicado: “¿y como hago yo ahora adelgazar a mi perro o a mi gato?”. Lo primero y principal es hablar con el veterinario de confianza para pedirle orientación y someter a un pequeño reconocimiento al animal para descartar patologías. Un vez confirmado que el estado de salud es bueno, se valorarán las opciones en función de los hábitos de cada casa, el tipo de alimentación, la proporción de peso que debe perder el animal…

Dietas para adelgazar

Para comenzar, y una vez fijado el peso ideal y el tiempo que debe pasar para alcanzarlo de forma saludable, podremos ayudarnos de dietas (pienso seco y húmedo) diseñadas para tal fin (con un contenido bajo en grasas y ricas en fibra para aumentar la sensación de saciedad). El veterinario fijará la ingesta diaria recomendada para cada animal y será obligación del dueño asegurarse de que es lo único que se le ofrece, retirando la comida casera o el exceso de premios. En este punto hemos de destacar que un pienso light puede ayudar a que el animal no gane más peso, pero no suele ser suficiente para perder los kilos de más, para lo que suele ser necesario un pienso de adelgazamiento prescrito por un veterinario. Una vez logrado el objetivo, podremos pasar a un pienso de mantenimiento para asegurarnos de que el animal no recupere esos kilos de más.

Como todos sabemos, el sobrepeso deriva de una ingesta de calorías superior al consumo de las mismas. Este concepto, que parece tan básico, nos complica muchísimo las cosas en el caso de los gatos puesto que la mayoría son animales muy tranquilos y que apenas se mueven en todo el día (precisamente muchos de ellos sólo lo hacen para ir a buscar comida). Los gatos que viven en pisos no tienen las mismas oportunidades ni estímulos que los gatos que viven en casas con terreno al aire libre donde poder trepar, correr… Ahí es donde comienza el papel del propietario, que debe escoger sus juguetes favoritos y estimular al animal a jugar, mínimo media hora al día. Suele ser recomendable atarlos con lazos largos para ir moviéndolos y simular que son presas que deba cazar, o incluso jugar con un puntero láser pero, en realidad, cualquier objeto no tóxico que pueda servir de presa, será una excelente alternativa para convertirse en un juguete casero. En el caso de los perros (salvo en animales muy mayores) suele resultar más sencillo: debemos aumentar el tiempo y ritmo de paseo o, según la raza, edad y capacidad del propietario, sacarlos a correr, pasearlos en bicicleta o patines… eso sí, siempre evitando sobreesfuerzos y temperaturas extremas, de forma progresiva.

Trucos para adelgazar

Además, podemos ayudarnos de algunos trucos basados en la idea de “complicar” en cierto modo el acceso de nuestro perro o gato a la comida, con la ayuda de comederos o juguetes especialmente diseñados para ello o hacerlos nosotros mismos con la ayuda de un cartón de huevos, rollos de papel higiénico… y un poco de ingenio

De esta manera, el animal deberá esforzarse por obtener la comida (evitaremos así que coma únicamente por aburrimiento, y comenzará a esforzarse cuando realmente tenga apetito). Así, se saciará más rápidamente puesto que dedicará más tiempo a ingerir alimentos y probablemente mastique y digiera mejor.

Por último y en casos extremos, en los que ni con dedicación ni dieta consigamos una reducción de peso adecuada, podremos recurrir a medicamentos específicos pero siempre bajo prescripción veterinaria y con un plan de adelgazamiento supervisado.