Embarazo psicológico

El embarazo psicológico es un desajuste fisiológico provocado por unas hormonas que se sintetizan durante el ciclo sexual en las perras. Ocurre normalmente durante los dos meses posteriores al celo, por lo que no se trata de una enfermedad ni de una alteración psicológica, como a veces se piensa, sino de una preparación a un posible parto, el cual no va a suceder porque la hembra no está gestante.

Este trastorno se observa también en gatas aunque no es tan frecuente como en perras.

Síntomas de embarazo psicológico en perras

Al menos un 65% de las perras NO esterilizadas presentan algunos de los siguientes síntomas tras cada celo:

  • Aumento de las mamas con producción de leche o no, que puede derivar a su vez en serios problemas como la mastitis (inflamación e infección de las mamas, con mucho dolor), fiebre, apatía y, a largo plazo, quistes en tejido mamario por no haber eliminado por completo la leche.
  • Búsqueda de objetos habituales como muñecos, trapos… que, posteriormente, llevan a su cama y protegen pues, psicológicamente, creen de verdad que son sus cachorritos.
  • Gimen constantemente, los propietarios comentan que la perra llora.
  • Escarban el suelo o parece que quieren hacer un nido para tener a sus cachorros.
  • Agresividad por protección de sus supuestos “retoños”.
  • Anorexia (falta de ganas de comer)

No se conoce una causa concreta que determine esta alteración.

Consecuencias del embarazo psicológico en perras

Las consecuencias de la pseudogestación o embarazo psicológico, son los siguientes:

  • Tumores o quistes por retención de leche, que se trataran quirúrgicamente.
  • Los animales se encuentran inquietos, lo pasan mal, e incluso en algunos casos pueden morder a sus dueños llevados por el exceso de protección a sus supuestos cachorros.
  • Tendencia con el tiempo a mantener unas mamas grandes y descolgadas similares a las perras que han tenido muchos cachorros.

Cuando se presenta por primera vez, es más frecuente que se presente después de cada ciclo sexual. Suele ser raro que constituya un hecho aislado, aunque en cada ocasión la cantidad e intensidad de los síntomas que hemos descrito será distinta.

Sin embargo, ya no es necesario que nuestras fieles y amigables perritas, que conviven con nosotros en casa tan bien cuidadas, lo pasen mal y sufran debido a este trastorno. Disponemos de tratamientos orales y de técnicas para minimizar las consecuencias negativas.

Es difícil dar una pauta general para todas, porque la intensidad y los síntomas de cada caso son diferentes. No obstante, siempre vamos a recomendar la esterilización preventiva en perras después de haber tenido el primer celo, si tenemos claro que en un futuro no criaremos con ellas. Así, además de evitar la aparición del embarazo psicológico, también evitaremos embarazos no deseados, trastornos del aparato reproductivo y tumores de mama hormonodependientes, proporcionando así más salud y calidad de vida para nuestras mascotas.
Si tienes alguna duda o crees que tu mascota puede tener un embarazo psicológico, consulta con tu veterinario.