Putina es una perrita de 12 años, mestiza, y merece un huequito en nuestra web, puesto que es una paciente muy especial.

Hace 5 años, durante una revisión rutinaria para la vacunación, decidimos extraerle sangre y hacer una prueba de detección de Leishmaniosis, descubriendo que había contraído la enfermedad. Afortunadamente, el título era bajo y Putina no presentaba síntomas, aunque tenía una leve alteración hepática. Explicamos a sus propietarias el caso y comenzamos el tratamiento.

Durante dos años, Putina hizo una vida normal, con su medicación diaria y sus controles analíticos periódicos. Pero en Febrero de 2012, el estado general de nuestra paciente empeoró, los valores analíticos mostraron un daño renal severo, acompañados de anemia e infección. Realizamos una ecografía y comprobamos que la morfología del riñón derecho estaba muy alterada. Comentamos el riesgo que suponía someter a Putina a una cirugía tan compleja, puesto que los análisis no eran muy esperanzadores, pero sus propietarias decidieron asumir el riesgo.

Durante la intervención se vio que la estructura de dicho riñón no era funcional, por lo que fue necesario hacer una extirpación de riñón. Decidimos dejar a Putina hospitalizada durante 48 horas, para ayudar al riñón sano a funcionar correctamente y mejorar también su anemia.

La paciente respondió muy bien al tratamiento y pudimos darle el alta, manteniendo una medicación oral y una dieta específica en casa. Durante año y medio fuimos revisando a Putina periódicamente y realizando los análisis correspondientes.

Leishmaniosis, extirpación de riñon, piometra... el caso de Putina

A finales de 2012, obtuvimos un resultado negativo en los análisis de Leishmania (la enfermedad estaba bajo control), y desde entonces seguimos haciéndole controles periódicos y dándole un tratamiento oral de mantenimiento.

En Septiembre de 2013, se le diagnosticó una piometra (infección de útero) mediante analítica sanguínea y ecografía y, pese a que el riesgo anestésico en un paciente con un solo riñón es elevado, sus dueñas accedieron a operarla para solucionar el problema. Esta vez, Putina también se recuperó con una velocidad asombrosa para alegría de todo el equipo.

Durante este último año, Putina sigue haciendo su vida normal, viniendo a revisiones y analíticas periódicas. Es cierto que debe tomar medicación diaria y un pienso especial pero su calidad de vida es, a día de hoy, inmejorable.

Leishmaniosis, extirpación de riñon, piometra... el caso de Putina