mascotas roboticas

Una de las más recientes innovaciones relacionadas con la investigación en las terapias asistidas con mascotas, es la utilización de la roboterapia animal, o el uso de mascotas robóticas con apariencia de nuestros mejores amigos (perros y gatos) en el tratamiento del alzheimer.

Según determinados estudios, estas mascotas artificiales pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de personas con alzheimer y deterioro cognitivo.

Investigación con mascotas robóticas en España

Actualmente en España, el Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer (CRE) investiga terapias que mezclan robótica y tratamiento con perros para conseguir mejorar la calidad de vida de los ancianos afectados por esta enfermedad.

Este proyecto investiga la reacción que se produce en los pacientes al juntar en la terapia un robot social que simula una foca (el robot-foca Paro, que imita movimientos y sonidos similares a los de una cría de foca), que ya se utiliza en algunas residencias de Japón,  y un perro, utilizado como ser vivo que aumenta el beneficio de la terapia.

Se han realizado estudios entre grupos de terapia comparando los resultados con el robot-foca y con perros (el animal que más se ha utilizado en terapias de demencia). Hay quienes sostienen que los robots animales pueden ser unos buenos sustitutos, al menos en casos determinados.

Desde este centro definen  la roboterapia animal como «una terapia no farmacológica que consiste en el uso de robots que simulan animales, dotados de inteligencia artificial y múltiples sensores que les permite comportarse e interactuar con los usuarios como si de un animal real se tratara».

 

Investigación con mascotas robóticas en Estados Unidos

En este sentido, recientemente se ha realizado un estudio en una residencia de ancianos de Estados Unidos, la residencia Palace Gardens, en la ciudad de Homestead (Florida), donde se han experimentado los efectos beneficiosos de mascotas robóticas en 90 pacientes de alzheimer.

En este centro se hicieron experimentos con dos robots de perro y gato con apariencia real para el tratamiento de los enfermos de alzheimer. Estos robots cuentan con latido simulado y responden al sonido y al tacto, incluso ladran y ronronean. De hecho, los gatos ronronean cuando se les acaricia y los perros se dan la vuelta y ladran cuando se les toca.

De esta forma se ha constatado el efecto tranquilizador del ronroneo del gato robótico, que ayuda a centrarse en el animal y evita los nervios en los pacientes. También se ha experimentado en torno a un suave ladrido de perro. Ambos sonidos se han convertido en herramientas eficaces para aliviar la ansiedad y la soledad de los pacientes de alzheimer de esta residencia.

Ante el éxito, algunos familiares ya han comprado mascotas robóticas para que los ancianos cuenten con la compañía de estos animales artificiales para su beneficio.

Estos animales robóticos son un recuerdo sensorial importante para estos pacientes, que provocan actitudes de cuidado y protección.

Ventajas de las mascotas robóticas en este tipo de tratamientos

Según las conclusiones de este estudio los efectos de la roboterapia animal son beneficiosos para estos pacientes.

Su gran ventaja es que no hay que sacarlos a pasear, ni lavarlos, ni limpiarlos, y que no necesitan comer. Bastan con que tengan la batería cargada.

Pero no solo eso. En realidad estas mascotas artificiales pueden ser muy útiles en aquellos casos de alzheimer en las que una mascota real no funcione, por ser un caso más grave o de características especiales. Hay que tener en cuenta que un perro o un gato de verdad no están disponibles todo el tiempo, sino que tienen necesidades, y, a pesar de contar con el pertinente adiestramiento, hay que organizar la actividad, compartir el contacto con otros pacientes, etc.

En conclusión, un gato o un perro, en tanto que seres vivos como son los pacientes de alzheimer, son, en principio, la opción más adecuada para su utilización en estas terapias. Las personas mayores con alzheimer, por mucho que haya avanzado su deterioro, se benefician del contacto directo con la naturaleza  y los seres vivos. Así lo demuestran el trabajo y los estudios de las organizaciones que utilizan perros y gatos en condiciones de terapia contra el alzheimer, como la Fundación Affinity.

No obstante, tras estas investigaciones, las mascotas robóticas se revelan como un recurso muy útil, que presenta ventajas para casos determinados y que pueden suponer la única posibilidad de acceder a emociones y recuerdos de algunos pacientes de alzheimer.

La intención de estas investigaciones no es que el robot sustituya al terapeuta, ni siquiera al animal real, sino plantear una alternativa, ya que parece que los robots sociales pueden ayudar en casos de alzheimer y demencia.