terapia con perros para personas mayores

Es bien sabido que llegada una determinada edad el cuerpo y la mente va envejeciendo y, por ello, se van perdiendo muchas de las facultades que de jóvenes considerábamos fundamentales en nuestro día a día. Actos como asearse, vestirse, cocinar…  van quedando en el olvido de nuestros mayores o su memoria va dejándolos a un lado porque ésta ya no funciona igual. Diversas enfermedades como la demencia senil, atrofia muscular… se apoderan desgraciadamente de algunos de los entrañables abuelitos que conviven con nosotros. Muchos de ellos ya no pueden ser cuidados por sus familiares porque necesitan atención especializada y muchos otros, por decisión propia, terminan viviendo en centros para mayores.

Terapia con perros y otros animales

La residencia MAR y SOL, en Canet de´n Berenguer, apuesta por la terapia con perros y otros animales para potenciar el desarrollo físico y mental de sus pacientes. Su finalidad, además de garantizar una estancia lo más agradable posible y cuidar al máximo la salud y el bienestar de los mayores, es ir más allá apostando por los beneficios que los perros pueden aportarles, que son muchos, tales como alegría, ilusión y ganas de verlos e interactuar con ellos cada semana. Algo verdaderamente importante ya que, poco a poco, estas personas van perdiendo la motivación por todas las cosas y van cayendo en picado hacia el sentimiento de la soledad.

Estas terapias suelen hacerse con perros, gatos o caballos. En este caso vamos a centrarnos en los la terapia con perros, que son los que colaboran en esta residencia para tal fin. Razas como el golden o el labrador retriever son las más utilizadas por el carácter que tienen. Son canes fáciles de enseñar, con mucha predisposición al aprendizaje, paciencia, y son muy agradecidos, inteligentes y cariñosos con todas las personas de todas las edades.

La terapia con perros propiamente dicha consta normalmente de un primer acercamiento o toma de contacto entre el perro y los abuelitos, donde se acarician mutuamente y se relajan uno al otro. Ambos se hacen sentir útiles y, muchas veces, las personas mayores recuerdan la tenencia de un perro o animal de compañía en el pasado y lo expresan o cuentan, teniendo este hecho una gran importancia ya que activa y trabaja el cerebro y el sentimiento de cariño y bienestar, olvidando las dolencias y los pensamientos negativos. He de recordar que cada cual es libre de acudir a la sesión, no se obliga a ello porque se ha de tener también una predisposición inicial por parte de la persona hacia el animal.

Luego, realizan un trabajo manual en el perro, como asearlo. Así recuerdan cómo hacerlo y lo practican, ejercitando la musculatura de brazos y espalda, se ponen de pie…

También los peinan, les lavan los dientes, les ponen champú en seco y colonia. Se ríen y se divierten e interactúan entre ellos,  ya que los perros se quedan muy quietos y de vez en cuando les proporcionan un lametón de agradecimiento a cada uno de ellos por lo masajes que les han dado. Todos están verdaderamente a gusto. Por supuesto, siempre con la ayuda de los profesionales que imparten estas terapias.

Por último se hace un juego de estimulación cognitiva. En este caso se centran en el sentido del tacto, que es de los primeros que se pierde con la edad. En una caja cerrada se colocan dos objetos, uno que pertenece a la cocina y el otro al baño. Deben averiguar de qué se trata sin mirar y decir en cuál de los dos lugares de la casa lo colocarían. Si lo adivinan lo pegan a un chaleco de velcro que lleva el perro y van contando los puntos. El animalito es un apoyo para que participen, se abran y trabajen motivados. Parece una tontería pero son ejercicios verdaderamente útiles para ellos, que mejoran en gran medida su concentración y participación, y les hacen sentir más útiles y confiados.

Al acabar la sesión se despiden de los goldens con alegría y pena a la vez, deseosos de que vuelvan el próximo día y poderlos volver a saludar, acariciar y jugar con ellos.

Luego, conversan activamente sobre lo que han hecho y se olvidan de la rutina del día a día, esperanzados e ilusionados con que pase rápido la semana.

Los perros van a descansar, ya que para ellos también es satisfactorio el trabajo pero a la vez agotador, por lo que se les respeta mucho el tiempo de recuperación y de descanso a cada uno de ellos.

Finalmente, es importante recalcar que, al igual que en este caso nos hemos centrado en la tercera edad, nuestros fieles amigos también trabajan en terapia con perros con niños discapacitados, con bebés, con drogodependientes o presos, como lazarillos… hacen funciones gratas y verdaderamente interesantes y emocionantes en nuestra sociedad, ayudando, transmitiendo su cariño y su fidelidad a todo aquel que los necesite.

Desde aquí apoyamos la terapia con perros y otros animales en todos los ámbitos ya que proporciona muchísimas ventajas al destinatario y damos también un aplauso grande para todos ellos, por trabajar con ese corazón y ese cariño tan enorme que los identifica.