bebés y mascotas

Bebés y mascotas siempre parece una combinación difícil, pero no tiene por qué ser así. La llegada de un bebé a casa siempre es motivo de alegría para todos, pero se puede convertir en un auténtico problema si tenemos animales y éstos no aceptan de forma correcta al nuevo miembro de la familia. Del mismo modo que nos preparamos nosotros y nuestro hogar para la llegada del bebé, tendremos que ir preparando a nuestra mascota, para que la adaptación resulte mucho más sencilla. Para intentar facilitar este proceso, vamos a daros unos pequeños consejos que esperamos que os resulten útiles.

Pautas para conseguir una buena adaptación de bebés y mascotas

Bebés y mascotas pueden convivir con tranquilidad. Veamos unas pautas que debemos seguir para conseguirlo.

    • En caso de que pasemos excesivo tiempo con nuestro perro/gato, debemos ir intentando acostumbrarle a que sea un poco más independiente ya que, con la llegada del bebé, se reducirá el número de horas que podamos dedicarle, y es mejor que el cambio sea progresivo, puesto que el aprendizaje de los animales es asociativo y debemos evitar que asocie el bebé con cosas negativas. En el caso de los perros, intentaremos acostumbrarlos a un horario realista y que podamos mantener una vez esté el niño en casa (dar de comer y los paseos a las horas que vayamos a poder hacerlo cuando el bebé esté presente). Este horario será probablemente muy distinto al actual, y es mejor que el perro no sufra todos los cambios a la vez, coincidiendo con la llegada del niño. Si el perro tira de la correa o no se porta adecuadamente durante el paseo, es el momento de cambiar a un “halti”. Este tipo de collar (parecido a una cabezada para caballos) es el mejor método para enseñar al perro a comportarse durante el paseo, lo que nos permitirá llevarlo cuando salgamos a la calle con el bebé.

 

    • Durante la estancia de la madre y el bebé en el hospital, debemos intentar no dejar a nuestra mascota sola muchas horas si no esta acostumbrada y, al llegar a casa, podemos llevar una toalla o alguna prenda impregnada con el olor del bebé y enseñársela mientras lo acariciamos, le damos premios o jugamos con él, para que asocie dicho olor con experiencias agradables. También debemos dejarle entrar en la habitación del bebé para que se vaya acostumbrando a las novedades de forma progresiva, y enseñarle a no coger ni morder las cosas del niño.

 

    • Bebés y mascotasAl llegar a casa con el nuevo miembro de la familia, es normal que el animal muestre interés. Debemos dejar que se acerque y lo reconozca, actuando con naturalidad pero siempre vigilando para evitar que pueda causarle algún daño de forma no intencionada. Esto debe llevarse a cabo cuando el animal esté calmado, evitando la excitación que tendrá inicialmente al recibir a un miembro de la familia, en este caso la madre, que ha estado fuera unos días. Una buena opción es sacar al perro a la calle mientras llega el bebé a casa, para que cuando regrese, ya nos hayamos instalado, y no sea el perro el que reciba a un “extraño” en su territorio.

 

    • Durante el contacto de la mascota con el niño, debemos actuar de la forma más natural y relajada posible, permitiéndole examinar al bebé, evitando reñirle y no crear tensión, para que no asocie el bebé con algo negativo. En caso de que el animal lleve a cabo este acercamiento de forma suave deberemos premiarlo o acariciarlo.

 

    • Lo normal es que recibamos muchas visitas, y debemos intentar que éstas también estén pendientes del perro/gato, no sólo del niño. Simplemente podemos pedirles que le den alguna golosina, que jueguen unos minutos con él o lo acaricien.

 

    • En muchas ocasiones, los propietarios, al ver que tras la llegada del bebé pueden dedicarle mucho menos tiempo a su mascota tienden a “compensarle” haciéndole más caso cuando el bebé está dormido o con algún familiar. Como hemos dicho al principio, los animales tienen un aprendizaje llamado asociativo, muy distinto al de los humanos, lo que puede dar lugar a errores. Nosotros pensaremos “ahora que el bebé duerme voy a dedicarte un buen rato para jugar y estar contigo” mientras que nuestra mascota pensará “cuando está el bebé no me hacen caso mientras que cuando desaparece todas las atenciones son para mí”. En el momento en que llegue a esta conclusión, empezará a ver al bebé como a un competidor y los celos pueden no tardar en aparecer. Para evitar que esto suceda, debemos actuar de la forma contraria, es decir, dedicarle mucha más atención a nuestra mascota en presencia del niño. Todos los premios y caricias deben ser entregados con el niño delante, para que el animal asocie al bebé con cosas positivas, y reduciremos significativamente la atención a nuestra mascota cuando el bebé no esté.

 

    • ¿Cómo evoluciona la relación entre bebés y mascotas? Con el tiempo será el niño el que buscará el contacto con el perro o el gato, pero lo tratará como un juguete y no será consciente de que le puede hacer daño. El objetivo de los padres es enseñarle al niño que estirarle las orejas, el pelo o la cola puede no ser la mejor forma de relacionarse con él. La mayoría de los casos en los que surgen problemas son debidos a que el niño no interactúa de forma correcta con el animal, por lo que debemos controlar este punto, mediante la educación del niño (enseñarle a respetar la comida y los momentos de descanso del animal, a acariciarlo y jugar con él de manera calmada…). No deberemos dejarlos nunca solos, y si vemos que pueda existir alguna complicación podemos colocar un bozal al perro durante los primeros contactos.

 

  • bebes y mascotasSi tenemos una mascota calmada y sin ningún problema anterior de comportamiento y un niño bien educado y respetuoso con los animales, está demostrado que la relación entre animales y niños durante las primeras etapas de su vida puede aportarles gran cantidad de beneficios. Tengamos en cuenta que cuidar a una mascota ayuda a los niños a desarrollar destrezas y habilidades sociales, aunque siempre debe hacerlo bajo la supervisión de un adulto. Actitudes como el amor y el compañerismo desarrolladas hacia su animal de compañía se trasladan también a su trato con el resto de personas. Según muchos estudios, la relación con una mascota es beneficiosa para la autoestima del pequeño y le hace adquirir mayor confianza consigo mismo y con su entorno, e incluso puede hacerle ser más competente en cuanto a su comunicación no verbal. En resumen, tener una mascota puede conllevar no pocos beneficios psicológicos para el niño.

Para conseguir vivir en armonía con bebés y mascotas, únicamente deberemos estar pendientes de ellos y enseñarles a relacionarse de una forma pausada y equilibrada.  Si pese a todos los esfuerzos no conseguimos alcanzar este objetivo, podemos consultar con un veterinario, que una vez descarte determinadas patologías de nuestra mascota, nos podrá derivar a un especialista en comportamiento animal si lo considera oportuno.