Siempre solemos hacer esta recomendación: en los cachorros de perro se deben controlar las gónadas para evitar el desarrollo de tumores. Lo explicamos a continuación: si falta un testículo, hay que determinar dónde está. Si su localización es intraabdominal se debe ecografiar y se debe retirar al terminar el desarrollo del cachorro, porque tienen tendencia a tumorarse.
Recientemente, se nos presentó en la consulta un perro de tres años con un cuadro de molestias abdominales y problemas digestivos. De pequeño sus dueños, advertidos, no quisieron operar, ni siquiera hacer la ecografía.
El testículo, de localización abdominal, se ha tumorado con un tamaño y una evolución grandísima (podéis observarlo en las fotos), incluso extendiéndose la metástasis al hígado, riñón derecho y todo el mesentario. Imposible retirarlo, hubo que eutanasiar.