Cala es una gatita persa preciosa que viene regularmente a nuestro hospital a ponerse todas sus vacunas. Hace 8 años, tuvimos que operarla cuando tan solo tenía un añito, porque se comió un hilo de coser, con tan mala suerte que se le enredó en la lengua y al tragar fue recorriendo todo el tracto gastrointestinal. En aquella ocasión, Cala presentaba vómitos y tras realizarle una ecografía y confirmar el diagnóstico se evidenció que era necesario pasar por quirófano.

Desde entonces, sus propietarios han andado con mucho ojo por casa, evitando dejar cualquier objeto similar al alcance de nuestra protagonista, puesto que aquella no era la primera vez que Cala comía hilos. Pero hace un mes, Cala consiguió alcanzar un lazo de tul que envolvía un regalo de un metro aproximadamente de longitud. Sus propietarios consiguieron sacarle un pequeño trozo de la boca, pero en cuanto vieron que Cala empezaba a tener babeo y no quería comer vinieron corriendo y confirmamos sus peores sospechas mediante ecografía: Cala se había tragado el trozo restante.

ingestión cuerpo extraño

Valoramos opciones pero finalmente sus propietarios decidieron no arriesgarse a que el estado general de Cala empeorase y decidimos volver a intervenirla pese a los riesgos. La cinta ocupaba prácticamente todo su intestino, pero afortunadamente no había daños en el tejido gastrointestinal debido a la rapidez en el diagnóstico. Cala se quedó ingresada 48 horas en nuestro hospital con sueroterapia y se fue a casa cuando empezó a tolerar dieta blanda.

Diez días después, Cala vino a su última revisión y pudimos darle el alta.