En los últimos años se observa un interés creciente por la Terapia asistida por animales, es decir, el papel que pueden desempeñar las mascotas para mejorar la salud y el bienestar de las personas. Numerosos estudios han investigado y siguen trabajando sobre el impacto positivo de este tipo de terapias, desarrolladas sobre todo con perros y gatos, pero también con caballos y otros animales.
Más allá de la compañía que hacen al ser humano (que no es poca cosa), la interacción con animales ha demostrado beneficios para diferentes áreas de nuestra salud física y psicológica, desde la reducción de estrés y el incremento de la autoestima hasta la mejora de la salud cardiovascular.
En este artículo exploraremos cómo la Terapia asistida por animales está cambiando la forma en la que abordamos determinados aspectos de la salud humana, y la labor fundamental que desempeñan los veterinarios en este campo.
Beneficios físicos de la terapia con animales
Diferentes estudios han demostrado que interactuar con animales puede tener beneficios físicos significativos para las personas. Por ejemplo, los doctores Friedmann y Katcher demostraron que esta interacción puede tener efectos positivos para la salud de las personas con dolencias cardiacas. En un trabajo realizado con pacientes hospitalizados en una unidad coronaria, descubrieron que la compañía de un animal aumentaba en un año la tasa de vida. Otro de sus estudios comprobó que acariciar a un perro puede reducir los niveles de tensión arterial.
Otra investigación de Odendaal y Maintjes apunta que el contacto entre humanos y animales de compañía disminuye los niveles de cortisol en las personas (hormona relacionada con el estrés).
Además, resulta obvio que el paseo con perros promueve la actividad física y mejora la salud cardiovascular.
Beneficios psicológicos de la Terapia asistida por animales
La Terapia asistida por animales puede tener un impacto positivo en la salud emocional y mental. Las mascotas pueden proporcionar consuelo, compañía y una sensación de conexión que puede ser especialmente útil para personas que combaten la depresión, la soledad o trastornos de estrés postraumático. En este sentido hay experiencias terapéuticas asistidas con perros y caballos realizadas con veteranos de guerra.
En líneas generales, el contacto con un animal también aumenta la autoestima, refuerza el sentido de la responsabilidad, ayuda a fomentar la empatía e incluso nos permite incentivar nuestra vida social.
Además, la interacción con animales puede aumentar la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina, asociados a la felicidad y el bienestar emocional.
Existen indicios claros de la efectividad de la Terapia asistida por animales incluso con pacientes que padecen trastornos mentales graves. De hecho, esta terapia se utiliza como complementaria con diferentes colectivos de muy diversa naturaleza: personas con alteraciones neuropsicológicas, personas con trastornos esquizofrénicos, personas con discapacidad intelectual, esclerosis múltiple, jóvenes en riesgo de exclusión social…
Personas mayores, demencia senil y alzhéimer
La terapia con mascotas potencia el desarrollo físico y mental con las personas mayores y existen diferentes programas en residencias para la tercera edad. También hay una larga experiencia del uso de los animales como recurso terapéutico en pacientes mayores con demencia senil y alzhéimer.
En estos casos, las mascotas actúan favorablemente para reforzar la comunicación afectiva, combatir la soledad, mejorar la psicomotricidad, mejorar la autoestima, el estado de ánimo, trabajar la memoria, fomentar el ejercicio físico y el tiempo de ocio, la estimulación cognitiva y sensorial, reducir el estrés, etc.
Niños y adolescentes
La hiperactividad, la autoestima baja, necesidades educativas especiales, falta de habilidades sociales, trastornos del espectro autista, huérfanos u hospitalizados… El tratamiento psicológico de todos estos problemas en menores se puede apoyar con estas terapias. En el caso de niños y adolescentes, la evidencia es clara, sobre todo respecto a la autoestima y la soledad, mayor competencia e interacción social; no tanto los hallazgos en cuanto a ansiedad y depresión infantil. No obstante, se han utilizado perros para el tratamiento del manejo de las emociones. Otro ejemplo de proyecto desarrollado para este público objetivo es Buddies, impulsado por la Fundación Affinity, junto a la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) de Catalunya, un programa pionero de terapia cognitiva asistida por animales de compañía que se dirige a adolescentes tutelados.
También existen programas orientados a niños y adolescentes que han sufrido abuso sexual. Islandia y otros países nórdicos han sido pioneros y ya se ponen en práctica en España.
Un estudio reciente, desarrollado por la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos, junto a la Asociación PsicoAnimal, en una unidad de cuidados intensivos pediátricos, ha demostrado la efectividad de estas terapias en la reducción del dolor, el miedo y la ansiedad.
La investigación sobre este tipo de terapias se extiende también al campo de la educación, donde se han estudiado los beneficios de la intervención asistida con animales en el contexto del aula y se han realizado diferentes proyectos en este sentido.
En relación con el contexto educativo, existen numerosos programas con perros de tratamiento y prevención del acoso escolar.
El papel de los veterinarios en la Terapia asistida por animales
Que los veterinarios nos ocupamos de la salud y el bienestar de los animales es algo que ya sabe todo el mundo. Sin embargo, estos profesionales también pueden desempeñar un papel crucial en el cuidado de la salud humana a través de este tipo de terapias.
Desde evaluar al animal y su idoneidad para participar en programas de terapia hasta proporcionar cuidados médicos y de comportamiento, el veterinario es una figura clave para garantizar que estas intervenciones sean seguras y efectivas tanto para los animales como para las personas.