cobayas

Las cobayas, como el resto de pequeños mamíferos, son pacientes cada vez más habituales en la  clínica veterinaria diaria porque son unas mascotas muy sociables y generan menos complicaciones, obligaciones y gastos que un perro o un gato. Pero antes de adquirir un animal debemos saber que es fundamental ser un dueño responsable y, por lo tanto, debemos conocer sus costumbres y necesidades para darle una calidad de vida óptima.

Comportamiento de las cobayas

Pese a ser animales de pequeño tamaño y, en ocasiones algo tímidos, no dejan de tener requerimientos básicos de alimentación y alojamiento. Este artículo pretende resumir las condiciones mínimas que debemos reunir para tener una cobaya de forma adecuada. Para ello, empezaremos explicando su comportamiento en libertad, ya que deberemos intentar reproducirlo en cautividad para ocasionarles el menor estrés posible y darles una buena calidad de vida.

La cobaya (Cavia porcellus) es originaria de Sudamérica y fue domesticada hace 3.000 años, pero no fueron introducidas en Europa hasta hace 400 años.

En la naturaleza viven en madrigueras, en las grietas de las rocas y en pequeños grupos de 5 a 10 individuos, manteniendo una jerarquía en la que hay un macho y una hembra dominantes. Esto les da seguridad frente a cualquier peligro. En cautividad necesitamos reproducir su comportamiento social, por lo que es mejor tener dos o tres cobayas que tener una sola.

A menudo se observa agresividad entre cobayas que no se han criado juntas y con mayor frecuencia entre dos machos en presencia de una hembra (pueden convivir varias hembras juntas o con machos esterilizados). Cuando se introduzca un nuevo individuo hay que hacerlo bajo supervisión. Lo deseable es introducir un nuevo compañero en un territorio neutro (como puede ser una habitación que desconozcan). En caso de animales castrados la adaptación es más fácil.

Las cobayas tienen un sentido del oído muy fino, lo que las hace sensibles a los ruidos, por lo que deberemos mantenerlas en lugares poco ruidosos. Utilizan el olfato para el primer encuentro, olisqueándose la zona de la nariz para reconocerse. Según la conclusión de este encuentro, puede producirse una agresión o establecerse una relación amistosa.

Las cobayas pueden convivir con otras especies como conejos, perros y gatos pero hay que asegurarse de que la relación es buena, ya que en ocasiones la convivencia con otras especies no es factible, en particular por la relación presa-depredador.

Cuando nos encontramos ante una cobaya que no está acostumbrada a que se la manipule empezaremos a hablarle de forma suave introduciendo una mano en la jaula, repitiéndolo varios días hasta que la cobaya se muestre más confiada. Después podemos ir ofreciéndole verduras que le gusten hasta que coma de la mano. Cuando la cobaya esté tranquila hay que manipularla con frecuencia para mantener este nivel de confianza.

Las cobayas son crepusculares, es decir, más activas por la mañana y por la tarde, dedicando el resto del día a descansar, aunque puntualmente tienen periodos de actividad. Esto es importante a la hora de ofrecerle alimento fresco ya que lo recomendable es administrar alimento por la mañana temprano y por la tarde noche.

Las cobayas son inteligentes y juguetonas con otras cobayas, personas u otros animales de compañía. Los animales que están encerrados y sobrealimentados padecen obesidad. ES BUENO QUE HAGAN EJERCICIO A DIARIO. Aumentar el ejercicio mantiene las articulaciones sanas y previene la osteoartritis. Si disponemos de un recinto cerrado acondicionado para ellas, debemos dejarlas mínimo una hora al día, preferiblemente al aire libre (vigilando temperaturas extremas). Lo ideal es dejarle la jaula abierta y que ellos entren y salgan unas cuantas horas al día.

Son muy meticulosas a la hora de acicalarse. Como no pueden vomitar, es necesario cepillar con frecuencia las razas de pelo largo para minimizar la ingesta de pelo y la formación de tricobezoares. No se recomienda el baño (sólo en casos necesarios y teniendo especial cuidado con la cabeza y las orejas) ya que les hace perder mucho pelo. Si se baña debe ser con agua templada y champú específico para roedores; hay que asegurarse de secarla bien (el secador no es aconsejable pues puede estresarlas) y de cepillarla antes de que se acicale. Es normal que se acicalen mutuamente.

Las uñas deben cortarse si no se desgastan lo suficiente.

Alojamiento de las cobayas

Jaula o recinto

Las jaulas no son alojamientos recomendables ya que suelen tener un tamaño demasiado pequeño, aunque se puede tener una jaula con la puerta siempre abierta para tener sus cosas y su lugar de refugio, acoplada a un recinto mayor. El tamaño de la jaula debería ser al menos lo suficientemente grande para que el animal pueda dar tres saltos y debería ser lo suficientemente alta para permitir que se ponga de pie.

Las jaulas nunca deben tener el suelo de rejilla ya que se pueden lastimar las patas. Tampoco son recomendables las jaulas de más de un piso (ya que se pueden caer) ni las de cristal tipo acuario (pues no permiten una correcta ventilación).

Debemos colocar al cobaya en un sitio ventilado, lejos de las corrientes de aire, luminoso y donde no haya mucho ruido. La temperatura ambiental óptima es de 20-22ºC.

Es importante, especialmente durante el crecimiento, que les dé la luz del sol directa para asegurar una correcta absorción del calcio para la formación de unos huesos sanos.

Ofrecer heno y paja les sirve como distracción ya que la utilizan como cama, para enterrarse y comer. Esconderles verduras por la habitación es útil para mantenerlos atentos y activos.

Los mejores juguetes son cestas de mimbre, rollos de papel higiénico, cajas de cartón (sin tratar), bolsas de papel y maderas (útiles para morder). Hay que tener cuidado con los juguetes de plástico ya que al morderlos se pueden tragar algún trozo. Se recomienda cambiar periódicamente de juguetes ya que con el tiempo se cansan del mismo estímulo.

Lecho

El lecho puede ser de pellets de papel prensado (tipo Back2nature o Top fresh) o de celulosa. El lecho de pellets de serrín prensado es muy absorbente pero es muy duro para las patas de los cobayas por lo que debe cubrirse de paja para evitar pododermatitis. El sustrato de maíz es peligroso si se ingiere y puede provocar graves problemas intestinales. Nunca se debe usar arena de gato, virutas de madera o serrín suelto pues les puede provocar problemas de salud.

Suelen orinar y defecar en los mismos lugares, y cuando se tienen en lugares cerrados, tienden a defecar en las zonas periféricas.  Defecan y orinan en grandes cantidades así que hay que retirar las heces todos los días. Se debe retirar el lecho que esté húmedo diariamente. Una vez a la semana se cambiará todo el lecho y se limpiará la bandeja con jabón.

Es normal que defequen y orinen en los comederos. Las heces son marrón oscuro de forma cilíndrica. Cualquier cambio en la consistencia de las heces ha de ser monitorizada y si persiste después de 12 horas es imprescindible llevarla al veterinario.

Heno y paja

El heno se debería poner en una henera lateral adherida a la pared de la jaula de manera que se mantenga limpio y seco ya que es parte de su comida, aunque hay cobayas que lo sacan y lo esparcen por el suelo porque les parece más cómodo. La paja sí que se puede poner en el suelo ya que no la suelen comer, además les da calor y actúa como cojín. Es recomendable usarla encima de otro sustrato, no como único.

Refugio o caseta

El refugio es muy necesario ya que es donde las cobayas se sienten seguras y duermen. En verano el refugio se les puede quitar ya que las cobayas son propensas a no soportar bien el calor intenso, aunque si es una caseta de madera, les ayudara a mantenerse frescas.

En invierno es totalmente desaconsejable ponerle algodón o fibras porque se lo podrían comer y ahogarse, es mucho mejor ponerles una toalla pequeña, asegurándonos de que no la coma.

Comedero y bebedero

Se recomienda usar cuencos de cerámica que deben lavarse y cambiarse a diario. Los comederos de plástico pesan muy poco y las cobayas tienden a volcarlos. Es mejor usar uno para el pienso y otro para las verduras frescas.

Lo más higiénico es ponerles un biberón de agua para roedores de al menos 250cc. Se deben lavar al menos una vez a la semana. Si se dispone de espacio es recomendable cambiarlo por un bebedero de plato pues favorecerá una mayor ingesta de agua.

Es necesario desparasitar a nuestra cobaya interna y externamente cada 6 meses para evitar infestaciones por pulgas, piojos o parásitos intestinales. Si cohabitan con otros animales, fundamentalmente con perros que salgan a pasear al exterior, deberemos llevar a cabo esta desparasitación de forma más frecuente, puesto que éstos pueden suponer una fuente de contagio.

Las cobayas no necesitan ninguna vacuna.

Se recomienda esterilizar tanto a machos como a hembras a partir de los 6 meses de edad para evitar problemas de salud como quistes ováricos… y también para evitar embarazos no deseados puesto que, como hemos citado al principio de este artículo, es recomendable que convivan varios individuos juntos, pero si son de diferente sexo deben estar esterilizados. En caso de querer criar con nuestros cobayas, es fundamental acudir a un veterinario especializado para que nos oriente en relación a la edad idónea para la monta, a la duración de la gestación, al cuidado de los recién nacidos…

En breve publicaremos otro artículo referente a la alimentación, puesto que las cobayas son animales muy delicados y requieren unos cuidados diferentes a los conejos y otros roedores. Son muchos los problemas de salud de estos pequeños mamíferos derivados de una mala alimentación, por lo que hemos decidido dedicarle un artículo completo.