Nueva mascota en la familia

¿Va a llegar una nueva mascota a la familia? La llegada de un nuevo miembro a casa no debe tratarse, en ningún caso, de un capricho temporal, sino de una decisión consensuada y aceptada por todos y cada uno de los miembros de la familia. Antes que nada, deberemos reflexionar sobre los cambios que se darán cuando el cachorro crezca y asegurarnos de adquirir el animal que más y mejor se adapte a nuestra forma de vida.

Cómo elegir una mascota

No se debe elegir un animal simplemente porque sea bonito o esté de moda. Tendremos que tener en cuenta su carácter, necesidades… Para ello deberemos  valorar una serie de variables como son la especie, raza, tamaño, tipo de pelo, sexo… Por ejemplo, todos sabemos que la entrada de un felino en casa no supone las mismas exigencias que un perro, aunque también requieren tiempo para el juego o cuidados diarios. Para estar seguros de que nuestra elección es la correcta podremos acudir a un profesional que estará encantado de responder a todas nuestras preguntas.

Una vez tengamos claro qué animal se adaptará mejor a nuestra familia es el momento de adquirirlo. Para ello existen muchas posibilidades tales como el contacto directo con el criador, la tienda especializada o un particular. Siempre que nos sea posible deberemos visitar las instalaciones donde se encuentra nuestro futuro amigo, conocer a los progenitores y/o al resto de la camada… y cerciorarnos de que las condiciones higiénicas y sanitarias sean las adecuadas. Si el cachorro es un regalo de algún familiar o conocido mejor que mejor, puesto que sabremos el entorno en que se ha criado y podremos estar en contacto con ellos ante cualquier duda.

Edad óptima y pautas a seguir

La edad óptima de adopción de la mascota ronda las siete semanas en caso de que nuestra elección haya sido un perrito y las cinco si se trata de un gatito. Esta edad se considera aproximadamente en el punto medio del periodo de socialización, que constituye una parte fundamental en el desarrollo de nuestra mascota. Se trata del espacio de tiempo en que son receptivos al aprendizaje. Una socialización inadecuada aumenta considerablemente el riesgo de que el animal muestre en la edad adulta problemas de comportamiento tales como agresividad, miedo, ansiedad…

Al elegir este punto medio permitimos al cachorro relacionarse con otros seres de su misma especie (entre las 3-7 semanas en caso del perro y las 2-5 semanas en caso del gato), y con los humanos (de las 7 a las 12 semanas en perros y de las 5 a las 8 semanas en gatos). Una adopción muy temprana es tan poco recomendable como una tardía.

A la llegada a casa, nuestro pequeño amigo necesita de una desituada en un lugar tranquilo que adoptará como “su espacio”, agua fresca y una alimentación adecuada para su edad y raza. Lo ideal es continuar con la misma dieta que tomaba antes de la llegada a su nuevo hogar, pero si nos es imposible deberemos introducir el nuevo alimento de manera gradual. Del mismo modo, lo acostumbraremos a tomar únicamente pienso. No caiga en la tentación de darle sobras o caprichos, puesto que un alimento completo es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales del cachorro y variar su alimentación puede ocasionarle trastornos digestivos.

También es recomendable disponer de juguetes apropiados para que nuestro nuevo amigo pueda morder sin tener que recurrir a nuestros muebles u otros objetos personales, evitando así problemas de adaptación o discusiones que puedan poner en peligro la paz familiar.

Sin duda, es necesario acostumbrar a nuestra mascota desde pequeña a unos hábitos de higiene. Lo fundamental para mantener un pelo brillante y sano es el cepillado diario con utensilios adecuados para cada tipo de animal. Así mismo, debemos controlar que sus ojos, oídos y dientes permanezcan limpios.

Es muy importante que acatemos las normas desde el principio y nos mantengamos firmes. Si consentimos a nuestra mascota ciertos comportamientos, tales como subir al sofá, dormir en nuestra cama durante la fase de crecimiento, no entenderá “por qué al hacerse mayor, las normas cambian”.

Principales controles veterinarios para la nueva mascota

Si seguimos algunos de estos consejos prácticos, en unos pocos días el pequeño se sentirá como en casa y pasará a ser uno más de la familia. A partir de este momento, y una vez que esté adaptado a su nuevo hogar y a sus compañeros humanos, debemos plantearnos los principales cuidados y controles veterinarios, que podemos resumir de la siguiente manera:

1.- Desparasitaciones:

Interna: existen diversos productos en el mercado que nos ayudarán a acabar con las indeseadas formas parasitarias que pueden hospedarse en nuestra mascota. Además, tenemos la opción de realizar un análisis coprológico (acercando una muestra de heces a nuestro centro veterinario) previo a la desparasitación; de este modo, en caso de obtener un resultado positivo podremos adecuar el tratamiento a nuestro animal en concreto.
Externa: igualmente contamos con muchos productos para eliminar las pulgas/garrapatas con las que pueda llegar el nuevo inquilino a casa. En animalitos muy pequeños deberemos ayudarnos de un spray o pipetas específicas.

La frecuencia y tipo de desparasitación de nuestro animal a lo largo de su vida varía en función del área geográfica. En la cuenca mediterránea, se recomienda desparasitar internamente cada tres meses y aplicar una pipeta para repeler agentes externos (incluyendo el mosquito transmisor de la Leishmania) cada mes. En caso de que nuestra elección sea el collar lo cambiaremos cada 4-6 meses, siguiendo la prescripción del fabricante.

2.- Vacunaciones

Se trata de una serie de inyecciones, acompañadas siempre de una revisión completa de nuestro animal, que lo protegerán de diversas enfermedades víricas y bacterianas. Existen muy diversos protocolos, aunque lo ideal es comenzar con la pauta de vacunación de nuestra mascota en torno a las 4-6 semanas de edad, que es el momento en el que el cachorro comienza a perder las defensas adquiridas de su madre mediante el calostro y la lactación y entra en un periodo conocido como “vacío inmunológico”. De este modo, y mediante la ayuda de las vacunas, podremos ayudarle a desarrollar sus propias defensas y prevenir dichas enfermedades. La desparasitación previa es fundamental para que su organismo responda de manera adecuada.