La posibilidad de que nuestros perros estén estresados puede resultar difícil de creer. Al fin y al cabo, ellos no tienen que enfrentarse a jornadas laborales de más de 8 horas o a fechas de entrega ajustadas, atascos de tráfico, adolescentes rebeldes, pagos de hipoteca o recibos de tarjetas de crédito. Sin embargo, aunque sus factores estresantes no sean los mismos que los nuestros, las investigaciones demuestran que los perros pueden sufrir estrés y que este afecta a su salud y bienestar general. Asimismo, los estudios han revelado la influencia de la conexión entre el cerebro y el sistema digestivo: la secreción de norepinefrina (la hormona responsable de la reacción de alarma) afecta a la fisiología gastrointestinal, lo cual suele provocar molestias digestivas y diarrea. Esto, a su vez, genera otra experiencia estresante tanto para tu perro como para ti, al soler empezar a hacer sus necesidades dentro de casa. Aunque los factores estresantes que experimentan algunos perros solo son pasajeros, otros sufren estrés crónico. Acude a tu veterinario para que te ayude a identificar y comprender mejor los factores que pueden desencadenar el estrés de tu perro, los comportamientos asociados y los síntomas físicos que conlleva.
Algunos de los factores desencadenantes de estrés en los perros
- Situaciones novedosas — exposición a nuevos objetos, personas, animales, etc.
- Ruidos fuertes — fuegos artificiales, tormentas, etc.
- Cambios de residencia — mudanza a un nuevo domicilio, estancia en una residencia canina, etc.
- Cambios en los miembros del hogar — un recién nacido, una nueva mascota, el fallecimiento de una mascota o de una persona, invitados, etc.
- Cambios de rutina doméstica — un nuevo horario laboral, la vuelta al colegio de los niños, vacaciones, etc.
- Métodos de adiestramiento punitivos — collares de electrochoque, gritos, golpes, etc.
- Invasión de su espacio vital — interrupción de su reposo, abrazos, besos, contenerlos a la fuerza, etc.
- Falta de oportunidades para realizar comportamientos típicos de su raza — pastoreo, correr, buscar y recoger objetos, etc.
- Separación de las personas de la familia: ansiedad por separación, etc.
- Mala (o tensa) relación con otros miembros del hogar (bien sean mascotas o personas).
Signos más frecuentes del estrés en los perros
Aunque la manera de manifestar el estrés puede variar según la mascota, estos son los signos más frecuentes en los perros:
- Lamido de belfos o del hocico
- Bostezo
- Jadeo
- Disminución o ausencia de apetito
- Diarrea
- Cola bajada o escondida
- Orejas estiradas hacia atrás
- Postura corporal encogida o agazapada y/o escondidos
- Temblores
- Mayor vocalización: gemidos, aullidos, ladridos
Cuando un perro presenta estos signos de estrés, es necesario identificar los factores desencadenantes para intentar minimizarlos. Si tu perro muestra alguno de estos signos, acude a tu veterinario para poder identificar juntos qué factores le están provocando estrés y poder eliminarlos o reducirlos, minimizando sus consecuencias para tu perro.
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