¿Qué es la ansiedad por separación?
La ansiedad por separación es un problema de comportamiento bastante frecuente hoy en día en muchos perros, ya que numerosos estudios indican que afecta a más del 15% de la población canina. Deriva del miedo y se caracteriza por un estado de alerta ante una señal de peligro o amenaza.
Llegaremos a comprenderlo mejor si recordamos que el perro proviene del lobo, animales que viven en manada, realizando juntos diversas tareas y relacionándose continuamente unos con otros, por lo que queda esa pauta de comportamiento instaurada de forma innata en la especie canina.
La angustia puede desencadenar dos estados:
- Inquietud: nerviosismo que es debido a una sensación de inseguridad.
- Ansiedad: sentimiento de pena y malestar. El animal no es capaz de interactuar de forma normal con el medio y sus circunstancias, se bloquea y desarrolla respuestas inadecuadas.
¿Cuándo se manifiesta la ansiedad por separación y por qué?
El problema aparece cuando el perro no tiene contacto con su(s) propietario(s), bien porque los dueños abandonan el domicilio y éste se queda solo o debido a que se encuentran dentro de la casa pero no tiene posibilidad de estar con ellos.
Factores
Hay muchos factores y causas que pueden generar la ansiedad por separación:
- Cambios súbitos donde se deja de pasar mucho tiempo con el perro a prácticamente nada por motivos de trabajo, viajes, estudios, etc.
- Cambios significativos en costumbres diarias, por ejemplo la llegada de un bebé a casa.
- Cambio de domicilio.
- Estancias en residencias caninas largos periodos de tiempo.
- Ausencia larga o permanente de un miembro de la familia.
- Cualquier evento traumático que el animal haya experimentado mientras se encontraba solo en el hogar, por lo que la casa vacía se convierte en una fobia para él.
- Aislamiento social tanto de animales como de personas durante los cuatro primeros meses de vida.
- Síndrome de disfunción cognitiva: enfermedad muy frecuente en mascotas de edad avanzada que consiste en desorientación y pérdida de hábitos ya adquiridos, pudiendo ser comparable con el alzhéimer en la especie humana.
- Destete a edad muy temprana (antes de los dos meses de vida).
- Dependencia excesiva e hiperapego a su(s) dueño(s).
- Frustración y aburrimiento al no potenciar ni trabajar sus capacidades y habilidades, por ejemplo la caza o el pastoreo en determinadas razas.
Síntomas de la ansiedad por separación
Las tres manifestaciones más típicas son:
- Conductas destructivas: fundamentalmente destrozos en casa.
- Vocalizaciones excesivas: Ladridos y lloros continuos.
- Defecación y micción inadecuadas: como respuesta a una insatisfacción o ansiedad por parte del animal.
Pueden manifestar una o varias de estas conductas a la vez.
¿Qué pronóstico tiene?
Hay un mejor pronóstico si aparece en edades tempranas, si el propietario se compromete a colaborar y se lo toma en serio, si ha pasado poco tiempo desde que el animal empezó a manifestar el problema y cuantas menos conductas manifieste. Es un trabajo laborioso para el perro y el propietario pero, con dedicación y ganas, se pueden conseguir grandes resultados.
¿En qué consiste el tratamiento?
- Modificación de la relación perro-dueño: hay que dejar que el animal sea independiente, no fomentar conductas o actitudes de apego excesivo por parte del can, por lo que no hay que atender ni premiar sus exigencias, sino marcarle nosotros las pautas de la relación.
- Actividad física: debemos abastecer sus necesidades diarias dependiendo de la raza, edad y estado físico. El llamado AGILITY o entrenamiento es completamente recomendable en razas que necesitan un gran desgaste de energía.
- -Estimulación psicológica:
– Juguetes interactivos: tipo Kong o similar donde puedas introducir comida y que se encuentre entretenido un largo periodo de tiempo
– Juegos para potenciar actividades propias: por ejemplo esconder comida o premios por distintas zonas donde se encuentra para trabajar el olfato.
– Adiestramiento: enseñar órdenes básicas y trucos para que el animal se sienta útil y correspondido.
- El perro debe aprender a estar en una habitación distinta a la del dueño sin que esto le produzca inseguridad.
- Desensibilización a las señales de partida: el perro relaciona la salida de casa por parte de sus propietarios como algo negativo, por lo que hay que cambiar esto de la siguiente manera:
– Al salir de casa ignoraremos al perro 10 ó 20 minutos, no le daremos besos ni más caricias de las que le proporcionamos en otros momentos del día, le pondremos juguetes interactivos o algún hueso de piel que le guste, saldremos de forma tranquila y, si es posible, intentaremos haberlo agotado físicamente en el paseo previo a la marcha
– Al regresar a casa ignoraremos al perro unos 10 o 20 minutos. Cuando se encuentre tranquilo le saludaremos, no mientras muestre inestabilidad emocional (saltar a las piernas, arañar, morder la ropa, ladrar…), retiraremos los juguetes interactivos que le habíamos dejado y NO le castigaremos si ha realizado algún destrozo. - Empezar a practicar salidas cortas cuando ya esté desensibilizado para arraigar la buena conducta.
- En ocasiones son necesarios fármacos como terapia de apoyo (SIEMPRE BAJO PRESCRIPCIÓN VETERINARIA).
CONCLUSIÓN
El objetivo principal será recuperar la autoestima, la independencia y la estabilidad emocional del perro. La ansiedad por separación es un problema de comportamiento que puede ser controlado en la mayoría de los casos. El pronóstico es bastante bueno, siempre y cuando el tratamiento sea seguido de forma correcta. Existen profesionales de la veterinaria llamados etólogos que ayudan a resolver problemas de este tipo. No hay que dejar que algo así se convierta en una causa de abandono para nuestras mascotas. Si les sabes entender y educar y les das lo que se merecen, te lo compensarán con lealtad, fidelidad, compañía y respeto durante toda la vida.