En 1943, María Dickin, fundadora del PDSA (siglas en inglés de Dispensario Popular de Animales Enfermos) instituyó esta condecoración que lleva su propio apellido. La Medalla Dickin fue presentada y otorgada por el alcalde de Londres en honor de la labor desempeñada por los animales durante la II Guerra Mundial. Y es que nuestros (pequeños y grandes) amigos peludos o emplumados no nos dejan solos por muy mal que se ponga la situación.
60 medallas Dickin entregadas hasta la fecha
Esta medalla, que reza en su inscripción “For Gallantry” (por gallardía) y “We Also Serve” (nosotros también servimos), se concedió durante 1943 y 1949 a 32 palomas, 18 perros, 3 caballos y 1 gato.
Finalizada la campaña bélica, pasado algún tiempo, la medalla Dickin dejó de entregarse y cayó en desuso. Posteriormente, en el año 2000 se restauró de nuevo para concederse a título póstumo a un terranova que sirvió en 1941 en Hong Kong con el ejército canadiense.
En 2002 se concedió a 3 perros que participaron en la búsqueda de víctimas del 11-S (2 perros guía particulares que fueron donados y un perro del Departamento de Policía de Nueva York, en representación de todos sus compañeros).
Las últimas, hasta completar un número total de 60, se entregaron a perros que sirvieron en los conflictos de Bosnia-Herzegovina, Irak y Afganistán detectando explosivos.
Asistentes médicos, mensajeros, detectores de explosivos…
Por muchos son conocidos los roles de palomas y perros como mensajeros y en labores de búsqueda y rescate, pero como muestran estas imágenes del Museo Imperial de Guerra o del archivo de la Marina Estadounidense, nuestros amigos de 4 patas, 2 alas o con aletas, colaboraron y siguen colaborando como: asistencias médicas, en búsqueda y rescate, mensajeros, indicadores frente a posibles venenos, eliminadores de plagas o de obstáculos (como los elefantes del circo de Hamburgo), detectores de explosivos o, no menos importante, levantando el ánimo como mascotas como Tirpitz, el cerdo mascota del buque de guerra Glasgow durante la II Guerra Mundial.
Sean de la especie que sean, nunca nos abandonan. Deberíamos aprender de ellos y nunca abandonarlos por complicado que sea el camino.