piometra

La piometra es una enfermedad infecciosa que se produce en perras y gatas, con mayor prevalencia en las primeras. Una de cada cuatro perras no esterilizadas de más de 8 o 10 años padece esta patología. Si no le ponemos remedio con urgencia, puede tener consecuencias irremediables.

Es una enfermedad que vemos con frecuencia en nuestro trabajo diario, como en este caso clínico que publicamos en su momento.

La forma de prevención más efectiva es la esterilización temprana, que además puede evitar otros problemas de salud.

La piometra, infección uterina

Se define la piometra como una infección grave de útero que afecta a las perras no esterilizadas. Suele presentarse después del celo. Normalmente, la matriz se llena de pus debido a la acción de las bacterias.

El periodo de máximo riesgo es entre la sexta y la octava semana después de que se haya iniciado el celo.

La solución más habitual es la cirugía. Si no se trata con urgencia, puede derivar en complicaciones de gravedad, como un fallo renal o una peritonitis que pueden acabar con la vida del animal.

Síntomas de la piometra

En su sintomatología destacan los signos clínicos siguientes:

En una primera fase:

  • Inapetencia, falta de apetito
  • Letargia, apatía, somnolencia, falta de energía

Después:

  • Poliuria, orina abundante, incluso incontinencia
  • Signos de deshidratación
  • Polidipsia, aumento exagerado de la sed e ingesta de agua
  • Vómitos
  • Distensión abdominal
  • Fiebre

En casos más graves:

  • Insuficiencia renal
  • Peritonitis
  • Septicemia (infección generalizada)

Tipos de piometra

Piometra abierta

Este tipo de piometra es la más habitual (aproximadamente, un 85% de los casos) y la que reviste menor gravedad. El cuello del útero aparece dilatado. Suele producirse una secreción de carácter sanguinolento, de moco y pus.

Determinadas piometras abiertas en perras jóvenes se pueden tratar sin intervención quirúrgica. No obstante, se recomienda la esterilización del animal en cualquier caso.

Piometra cerrada

No existe secreción vaginal, ya que el cuello del útero se ha cerrado y la inflamación es mucho mayor. El diagnóstico se complica y el cuadro es más grave, por lo que requiere ingreso y posterior cirugía (ovariohisterectomía, extirpación quirúrgica de ovarios y útero), así como tratamiento antibiótico.

En este caso clínico recogemos una intervención de piometra cerrada.

¿Cómo se diagnostica?

Los medios de diagnóstico más habituales son:

  • Exploración
  • Ecografía abdominal
  • Analítica completa

¿Cómo puede prevenirse?

La esterilización a edades tempranas es la principal forma de prevención. De esta forma se evitan las posibles infecciones en el útero.

Si sospechas que tu perra o gata puede tener una complicación de este tipo y quieres consultarnos, estamos a tu disposición. ¡Pide cita en el 963786830!