ladridos

Gracias a la domesticación el perro ha incrementado su tendencia a ladrar para poder comunicarse tanto con las personas como con otros animales.

Ladrar es su forma principal de comunicación, aunque también utilizan otro tipo de sonidos para ello, como el gruñido, el gemido o el aullido.

Por lo tanto, el ladrido es la manera que tienen los perros de expresar su amplio repertorio de emociones. Se suele pensar que los perros que ladran son agresivos pero, como veremos, ladrar no es sinónimo de agresividad, es su manera de hablar. Cuando un perro ladra es por algún motivo.

Dentro de la variedad de razas de perros, algunas son más ladradoras que otras, siendo más los perros de caza y terriers (beagle, basset hound, yorkshire, westy…) y menos aquellas que han sufrido menor variación genética y son más parecidas a sus ancestros los lobos (husky, alaskan, akita…). Los lobos son capaces de ladrar, pero el ladrido es raro, usándolo sólo para avisar de un peligro.

Diferentes tipos de ladridos

Por lo tanto en el perro vamos a diferenciar varios tipos de ladridos, que dependerán de la situación y el contexto en la que se encuentre el mismo:

  • Ladridos rápidos y repetitivos en tono medio: avisa de la aproximación de intrusos.
  • Ladridos en tono bajo y espaciados de manera continua: avisa de un peligro y se prepara para atacar.
  • Ladrido corto y con tono agudo mientras que se retira hacia detrás: avisa que tiene miedo y que quiere que lo dejen tranquilo.
  • Ladridos insistentes de manera repetitiva en tono agudo: reclama atención o compañía.
  • Ladrido entrecortado en tono medio, acompañado de estiramiento de las patas delanteras y elevación de los cuartos traseros: reclama juego.
  • Ladrido breve y agudo en tono alto: es una forma de saludar con alegría o de mostrar sorpresa.
  • Ladridos compulsivos, a un volumen muy elevado, con mucho nerviosismo y con pausas: indica angustia y ansiedad.

Otras formas de vocalización

Respecto a las otras formas de vocalización también haremos una diferenciación:

  • Gruñido: se siente amenazado o amenaza.
  • Gemido: si es largo y lastimero indica dolor, si es corto y continuo acompañado de mucho movimiento indica alegría.
  • Aullido: no es muy habitual, pero puede mostrar malestar, soledad o llamada de unión, que es para lo que lo utilizan mayoritariamente los lobos.
  • Chillido: indica dolor.

Por lo tanto, aunque a veces nos resulten molestos, los ladridos de nuestro amigo son muy importantes tanto para él, como para nosotros. Gracias a ellos podemos entenderlos y comunicarnos con ellos haciendo la convivencia más fácil para todos.