El perro ha sido, desde hace miles de años, un animal fiel al hombre. Los últimos estudios sitúan el origen del perro domesticado entre hace 12.000 y 15.000 años. A lo largo de la historia, una buena manera de representar esta íntima relación entre perro y hombre ha sido el Arte.

Así lo hizo Velázquez en «Las Meninas». Salomón era el nombre del perro mastín de la Infanta Margarita, que aparece en este fragmento de una de las obras maestras del genio sevillano que hemos escogido para encabezar este artículo. Por cierto, que Nicolasito Pertusato, otro de los personajes del cuadro, parece que quiere molestarle. Aunque el perro ni se inmuta…

Pero volvamos de nuevo a la prehistoria.

El perro en el Arte prehistòrico

Las primeras representaciones artísticas fueron en el período del Neolítico, momento en el cual se implantó el sedentarismo y por tanto las primeras civilizaciones. El perro fue usado para tareas de trabajo como: ayudar en la caza, vigilar el ganado, buscar bulbos y otros alimentos enterrados en el suelo…

En esta pintura rupestre se muestra al cazador ayudado por los perros persiguiendo una presa de gran tamaño.

perros en la historia del arte

El perro en la iconografía cristiana

Con el paso del tiempo, el vínculo con el perro se fue manteniendo. La función ya no solo fue de trabajo sino también de compañía. En la siguiente obra se observa a San Roque con un perro, el famoso perro de San Roque que ha dado lugar, ente otras cosas, a un popular trabalenguas.

San Roque nació a finales del siglo XIII y en su edad de adulto contrajo la peste negra, que causó estragos en toda la sociedad europea. Se cuenta que San Roque se retiró a un bosque donde fue atendido por un perro de un noble caballero que todos los días le llevaba pan. San Roque fue de los pocos que sobrevivió a la peste.

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El perro en la pintura del Renacimiento

Seguimos con más iconografía cristiana. A finales de la Edad Media, ya en el Renacimiento, autores como Botticelli se atrevieron a añadir a sus pinturas imágenes de perros, en este caso en el cuadro  “Las pruebas de Moisés”(1481-1482). En este detalle de dicha obra  podemos ver a una niña que lleva en brazos a un perro.

perros en la historia del arte

Los perros en la pintura de la Edad Moderna

En la Edad Moderna, la figura del perro se popularizó y tener un perro cazador ya fue considerado  como una representación de alta clase social. En los siguientes lienzos pintados por Goya se observa a dos niños acariciando a un perro de gran tamaño en la obra “Niños con mastines” y a Carlos III junto a su perro en un día de caza en el cuadro titulado “El cazador”.

perros en la historia del arte

goya el cazador

A finales del siglo XIX y XX la presencia del perro en un lienzo no solo era distintivo de aristócratas cazadores, sino que ya se empezó a ver más junto a ciudadanos de a pie. La figura de perro cazador y de ganado fue menguando a cambio de una figura de compañía hasta lo que conocemos en la actualidad. Las razas y el pedigrí  se consolidaron a mitad del siglo XX y eso se refleja en los últimos lienzos que vamos a mostrar:

Sorolla con perro

En este lienzo se muestra el propio autor, Joaquín Sorolla, cuando éste era un niño junto a su perro al lado del mar .
En esta otra imagen se observa a varios canes jugando una partida de cartas. Tal vez sea esta representación astuta pero juguetona del engaño aplicado al mejor y más leal amigo del hombre lo que hace que la pintura sea tan divertida. Aunque el original nunca estuvo a la venta, se cree que vale millones de dólares. La obra se llama “Un amigo en necesidad” y fue realizada por C.M. Coolige en el año 1903.

un amigo en necesidad

El perro en el arte actual

La última imagen que vamos a resaltar es una obra del polémico Jeff Koons. Representa un perro en globo inflado. Se le llama a la obra “Balloon Dog” y  en 2013 se subastó esta última, la naranja, en la sala Christie’s de Nueva York, superando los 43 millones de euros, la cifra más alta pagada jamás por la obra de un artista vivo.

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